sábado, 31 de enero de 2009

Canto a la Noche - Francisco Gonzales Bocanegra

Poema que dentro de una marco de suaves tonos y murmullos, canta a la noche que convida a amar.
De marcado corte romántico en el que juegan importante papel las sombras, la tristeza, la quietud serena y la nostalgia.


CANTO A LA NOCHE

Declina el sol y su postrero rayo
dora no más las cimas de los montes,
y colora los anchos horizontes
purísimo arrebol.

Cesan los trinos de canoras aves
que levantaron a su nido el vuelo,
lánguida inclina su cabeza al suelo
doliente girasol.

El suave ruido de la clara fuente
se une al acento de la brisa inquieta
que al blanquísimo nardo y la violeta
acaricia al pasar.

La ninfa del arroyo cristalino
el leve soplo de las auras riza,
y por la verde alfombra se desliza
con blando murmurar.

Y se mecen las copas de los árboles
con uniforme tenue movimiento,
y entre sus hojas fugitivo viento
exhala su gemir.

De las montañas las confusas sombras
se extienden por el valle lentamente,
y se queja la tórtola inocente
mirando el sol morir.

Parece que a su muerte la natura
entristecida con dolor se inclina;
al brillo de la estrella vespertina
la flor se marchitó.

Y reina luego en el inmenso valle
un silencio dulcísimo, profundo;
que ya la noche sobre el ancho mundo
sus alas extendió.

Al desplegarse su estrellado manto
en la extensión de la celeste esfera,
del cometa la luenga cabellera
se mira aparecer.

Como pequeñas llamas que se lanzan
desde el inmenso cielo, exhalaciones
fugaces de los aires regionales
se miran correr.

Y la luz argentada que suave
derraman de su seno las estrellas,
desde ese cielo do se ostentan bellas,
mi frente iluminó.

La luna por oriente apareciendo,
la cima de los árboles copados,
los montes, las colinas y los pardos,
con su esplendor bañó.

Y las brisas repiten el acento
que débil lanza mi armoniosa lira,
tierno cual el del cisne que suspira
a orillas de la mar.

Tu calma, ¡Oh noche!, tu apacible luna,
tus millares de estrellas centelleantes
que derraman sus rayos de diamantes,
todo convida a amar.

El alma en tu silencio vive y goza
soñando con tus mágicos encantos,
por eso, alguna vez, férvidos cantos
mi voz te consagró.

Por eso siempre en la memoria mía
fijos están, ¡oh noche, tus placeres,
y nunca, nunca, para el alma mueres
que tu silencio amó!

¡Cuán grata es para mí la dulce calma!
Veloz mi canto por los aires vela,
y el rayo de la luna que riela
se posa sobre mí.

¡Ah! Suspende, suspende tu carrera
en las inmensas bóvedas del cielo,
y mi canción remontará su vuelo
hasta llegar a ti.

Pura noche,
a tus fulgores
mis amores
cantaré;
pura noche,
los destellos
de tus astros,
siempre bellos
con amor recibiré.

Sólo un canto
de alegría,
tu silencio turbará,
y ese canto
la voz mía
por ti, ¡oh noche!,
elevará.

Porque yo amo
tu silencio
y tu sombra,
y tu quietud;
porque tú
mi encanto fuiste,
noche triste,
en mi ardiente juventud;
porque tienes,
noche pura,
mil recuerdos
de ventura
y de placer;
porque tienes
en tu calma,
para mi alma,
el recuerdo
del amor
de una mujer.


¡Oh, tú, mujer! mi amor y mi tesoro,
que mi vida formas el encanto;
a ti consagro el amoroso canto
que elevo al son de mi laúd sonoro.

Elisa bella, con pasión te adoro
y un altar en mi pecho te levanto,
porque tierna aliviaste mi quebranto,
porque enjuagaste con tu amor mi lloro.

Ven a cantar conmigo mi ventura,
a la luz de estos astros brilladores,
el rayo de la luna que fulgura

alumbre nuestros cándidos amores.
Y, pues eres el ángel que me inspira,
tuyos serán los ecos de mi lira.

viernes, 30 de enero de 2009

Queda Prohibido - Pablo Neruda

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos...

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres.
Abandonar todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños...

Que prohibido no intentar entender a las personas,
pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha...

Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita...

Queda prohibido, no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti, el mundo no sería igual...




jueves, 29 de enero de 2009

Premio Symbelmine


Estoy muy emocionada porque hoy después de algunos días de estar ausente, al prender la computadora y entrar a los blogs me encontré con una sorpresa increíble. Y es que nuestra compañera Firenze de Rosenovel otorgó a "Declamador Universal" con el Premio Symbelmine.

Firenze para mí es un honor que con tan poco tiempo que llevo con DU me consideres uno de tus blogs preferidos, y que haya sido un aliciente para que te hayas acercado a la poesía. Gracias.

Para todas aquellas que no están familiarizadas con Tolkien, un Symbelmine es una flor blanca que crece en las tumbas de los reyes Rohirrin.


Ahora, ¿de qué se trata este premio?:
Este premio es otorgado en agradecimientos a los blogs, premiando su trabajo y como un motivo más para estrechar lazos existentes, para que así, no nos olvidemos de esos blogs que hacen que cada día queramos seguir haciendo lo que hacemos"

Mis blogs y paginas favoritas son:


  • Anoiss Traducciones : Se que Firenze también lo eligió, pero yo no puedo dejarlo pasar, porque yo participo en él y es el primer Foro donde trabaje activamente, y pq Wao e Iria, y Natichi son como mí familia. Y siempre estaran en mi corazón. Y pq han aguantado mis crisis (Gracias por eso, que cuando me dan me dan), y pq son increíbles!!!!
  • ROMANCETECA : Por el gran trabajo que hacen al traernos siempre historias nuevas y muy divertidas, y porque gracias a ustedes he podido controlar mejor eso de solo leer un capítulo por día (jajaja sí, pq soy obsesiva compulsiva con la lectura).
  • Novelass : Porqué me encanta su organización y que siempre están actualizados.
  • LIBROSWEB : Porque gracias a ustedes puedo encontrar infinidad de libros.
  • Biblioteca Librodot : Porque esta fue la primera biblioteca virtual que encontré, y fue ella la que abrió un nuevo mundo para mí.
  • PaTiTo`s Worl: Porque siempre tiene cosas que me hace reír a carcajadas.
  • Odisea2008 : Porque ahí he encontrado cosas que ni en sueños esperé ver y saber.
Me fue muy difícil escoger solo siete, pues son muchas las páginas que hacen que mis días no sean aburridos.



Los pasos a seguir, luego de recibirlo, son:


  • Elegir 7 blogs o sitios de internet que por su calidad, su afinidad o por cualquier razón hayan conseguido establecer un vínculo que desees reforzar y premiar; y debes enlazarlos en el post escrito.

  • Escribir un post mostrando el premio, citar el nombre de blog o web que te lo regala y notificar a los elegidos con un comentario.

  • Opcional: Exhibir el premio en tu blog.
.



Pasaré - Escrivá de Romaní Francisco

Pasaré, pasaré sin dejar huella,
como el aire un débil aleteo;
como el albo cielo, de la estrella
el silencioso y suave parpadeo.

Pasaré como mezcla que no fragua
ni se convierte en forma definida,
como la estela que dibuja el agua,
como el vuelo sin tregua de la vida.

Pasaré de los labios que pusieron
un temblor de emoción en mis poemas,
de los ojos brillantes como gemas
que alguna vez por mí se humedecieron.

Pasaré de las frentes que creían
recordar para siempre mis canciones,
de las ávidas almas que acudían
para mojar en mi sus corazones.

Pasaré en el papel que se ha perdido,
en el libro que roto se deshoja,
y quedaré cegado en el olvido
bajo un seco montón de tierra roja.

Pasaré, pasaré como en un sueño
que al despertar la mente no recuerda.
En el violín se habrá roto una cuerda,
y, ya insensible, cambiará de dueño.

Y tú, que tienes hoy sed de lo que escribo;
tú, que sin voz me buscas y me llamas
con una fe que solo yo percibo,
tú me habrás de olvidar, la ley es ésa,
y al encontrar mis versos algún día,
exclamarás con gesto de sorpresa:

"¿De quien es esta pobre poesía?

martes, 20 de enero de 2009

Cuando sepas Hallar Una Sonrisa - Gonzáles Martínez, Enrique.

Cuando sepas hallar una sonrisa
en la gota sutil que se rezuma
de las porosas piedras, en la bruma,
en el sol, en el ave y en la brisa;
cuando nada a tus ojos quede inerte,
ni informe, ni incoloro, ni lejano,
y penetres la vida y el arcano
del silencio, las sombras y la muerte;
cuando tiendas la vista a los diversos
rumbos del cosmos, y tu esfuerzo propio
sea como un potente microscopio
que va hallando invisibles universos;
entonces, en las flamas de la hoguera
de un amor infinito y sobrehumano,
como el santo de Asís, dirás hermano
al árbol, al celaje y a la fiera.
Sentirás en la inmensa muchedumbre
de seres y de cosas tu ser mismo;
serás todo orgullo con la cumbre.
Sacudirá tu amor el polvo infecto
que macula el blanco de la azucena;
bendecirás las márgenes de arena
y adorarás el vuelo del insecto;
y besarás el garfio del espino
y el sedeño ropaje de las dalias...
Y quitarás piadoso tus sandalias
por no herir a las piedras del camino.

domingo, 18 de enero de 2009

Schiller - Beethoven

Cuarto movimiento, IX sinfonía "Himno a la Alegría"
Beethoven encontró en las palabras de Schiller un texto digno de su ingenio, donde expresa en forma genial un triunfo final y una verdadera transformación humana: la fraternidad entre los hombres. Magistralmente combina los pasajes solistas corales y orquestales, donde los textos de Schiller y la música forman una unidad absoluta.

Fragmentos de estos textos.

Aquel que tiene la gran dicha
de ser amigo de un amigo
aquel que conquistó una dulce mujer,
¡mezclen su júbilo con el nuestro!

¡Sí, y aunque no llame suya más que
una sola alma en toda la tierra!
Pero quien nunca lo haya logrado,
apártese llorando de esta unión.

¡Os abrazo, multitudes!
¡Este beso para el mundo entero!
Hermanos, encima de la bóveda estrellada
debe morar un padre amoroso.
¿Os posternáis multitudes?
¿Presientes al Creador, oh mundo?
Búscalo encima de la bóveda estrellada,
encima de los astros ha de morar.

miércoles, 14 de enero de 2009

Jane Austen

Aquí esta la parte donde se suscita la pregunta de la encuesta, para que puedan tener una mejor perspectiva de la opinión nuestros personajes.


El capitán Harville, que nada había escuchado, dejó en este momento su silla y se acercó a la ventana; Ana pareció mirarlo aunque la verdad es que su pensamiento estaba ausente. Por fin com­prendió que Harville la invitaba a sentarse a su lado. La miraba con una ligera sonrisa y un movi­miento de cabeza que parecía decir: “Venga, ten­go algo que decirle”, y sus modales sencillos y llenos de naturalidad, pareciendo corresponder a un conocimiento más antiguo, invitaban también a que se sentara a su lado. Ella se levantó y se aproximó. La ventana donde él estaba se encon­traba al lado opuesto de la habitación donde las señoras estaban sentadas y más cerca de la mesa ocupada por el capitán Wentworth, aunque bas­tante alejada de ésta. Cuando ella llegó, el gesto del capitán Harville volvió a ser serio y pensativo como de costumbre.

-Vea -dijo él, desenvolviendo un paquete y sacando una pequeña miniatura-, ¿sabe usted quién es éste?

-Ciertamente, el capitán Benwick.

-Sí, y también puede adivinar quién es el au­tor. Pero -en tono profundo- no fue hecho para ella. Miss Elliot, ¿recuerda usted nuestra caminata en Lyme, cuando lo compadecíamos? Bien poco imaginaba yo que... pero esto no viene al caso. Esto fue hecho en El Cabo. Se encontró en El Cabo con un hábil artista alemán, y cumpliendo una promesa hecha a mi pobre hermana posó para él y trajo esto a casa. ¡Y ahora tengo que entregarlo cuidadosamente a otra! ¡Vaya un encar­go! Mas ¿quién, si no, podría hacerlo? Pero no me molesta haber encontrado otro a quien confiarlo. El lo ha aceptado -señalando al capitán Wentworth-; está escribiendo ahora sobre esto. -Y rápidamente añadió, mostrando su herida-: ¡Pobre Fanny, ella no lo habría olvidado tan pronto!

-No -replicó Ana con voz baja y llena de sentimiento-; bien lo creo.

-No estaba en su naturaleza. Ella lo adoraba.

-No estaría en la naturaleza de ninguna mujer que amara de verdad.

El capitán Harville sonrió y dijo:

-¿Pide usted este privilegio para su sexo?

Y ella, sonriendo también, dijo:

-Sí. Nosotras no nos olvidamos tan pronto de ustedes como ustedes se olvidan de nosotras. Quizá sea éste nuestro destino y no un mérito de nuestra parte. No podemos evitarlo. Vivimos en casa, quie­tas, retraídas, y nuestros sentimientos nos avasallan. Ustedes se ven obligados a andar. Tienen una profe­sión, propósitos, negocios de una u otra clase que los llevan sin tardar de vuelta al mundo, y la ocupa­ción continua y el cambio mitigan las impresiones.

-Admitiendo que el mundo haga esto por los hombres (que sin embargo yo no admito), no puede aplicarse a Benwick. El no se ocupaba de nada. La paz lo devolvió en seguida a tierra, y desde entonces vivió con nosotros en un pequeño círculo de familia.

-Verdad -dijo Ana-, así es; no lo recordaba. Pero, ¿qué podemos decir, capitán Harville? Si el cambio no proviene de circunstancias externas debe provenir de adentro; debe ser la naturaleza, la naturaleza del hombre la que ha operado este cambio en el capitán Benwick.

-No, no es la naturaleza del hombre. No cree­ré que la naturaleza del hombre sea más incons­tante que la de la mujer para olvidar a quienes ama o ha amado; al contrario, creo en una analo­gía entre nuestros cuerpos y nuestras almas; si nuestros cuerpos son fuertes, así también nuestros sentimientos: capaces de soportar el trato más rudo y de capear la más fuerte borrasca.

-Sus sentimientos podrán ser más fuertes -replicó Ana-, pero la misma analogía me autori­za a creer que los de las mujeres son más tiernos. El hombre es más robusto que la mujer, pero no vive más tiempo, y esto explica mi idea acerca de los sentimientos. No, sería muy duro para ustedes si fuese de otra manera. Tienen dificultades, peli­gros y privaciones contra los que deben luchar. Trabajan siempre y están expuestos a todo riesgo y a toda dureza. Su casa, su patria, sus amigos, todo deben abandonarlo. Ni tiempo, ni salud, ni vida pueden llamar suyos. Debe ser en verdad bien duro -su voz falló un poco- si a todo esto debieran unirse los sentimientos de una mujer.

-Nunca nos pondremos de acuerdo sobre este punto -comenzó a decir el capitán Harville, cuan­do un ligero ruido los hizo mirar hacia el capitán Wentworth. Su pluma se había caído; pero Ana se sorprendió de encontrarlo más cerca de lo que esperaba, y sospechó que la pluma no había caí­do porque la estuviese usando, sino porque él deseaba oír lo que ellos hablaban, y ponía en ello todo su esfuerzo. Sin embargo, poco o nada pudo haber entendido

lunes, 12 de enero de 2009

Redondillas - Sor Juana Inés de la Cruz

Redondillas

Arguye de inconsecuente el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan.

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decía que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco,
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tahais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual:
quejándoos si os tratan mal
burlándoos si os quieren bien.
Opinión ninguna, gana
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a la otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretenda,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Mas entre el enfado y la pena
que vuestro guste refiere
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido,
en una pasión errada,
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga,
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestras arrogancia,
pues, en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

lunes, 5 de enero de 2009

¿De quién es más propio olvidar lo que se ama o se ha amado?

En el libro "Persuasión" de Jane Austen, surge un pequeño debate entre la protagonista Anne y el capitán Harville, cada uno defiende sus puntos con pasión, y aun despues de yo leer este libro-que es uno de mis favoritos-más de cien veces no puedo dejar de hacerme esa misma preguntan.

¿Qué opinan ustedes?

El Ruego - Alfonsina Storni

¿A cuantos no nos ha pasado que esperando el amor "verdadero" se nos va la vida?

El Ruego

Señor, Señor, hace ya tiempo, un día
Soñé un amor como jamás pudiera
Soñarlo nadie; algún amor que fuera
la vida, toda poesía.

Y pasaba el invierno y no venía,
y pasaba también la primavera,
y el verano de nuevo persistía;
y el otoño me hallaba con mi espera.

Señor, Señor: mi espalda está desnuda:
¡Haz estallar allí, con mano ruda,
el látigo que sangra a los perversos!

Que está la tarde ya sobre mi vida,
y esta pasión ardiente y desmedida
la he perdido, Señor, ¡haciendo versos!