Cuando niño, con pavor te oía
en las puertas gemir de mi aposento;
doloroso tristísimo lamento
de misteriosos seres te creía.
Cuando era joven, tu rumor decía
frases que adivinó mi pensamiento;
y cruzando después el campamento,
"Patria", tu ronca voz me repetía.
Hoy te siento azotado, en las oscuras
noches, de mi pasión las fuertes rejas;
pero hanme dicho ya mis desventuras
que eres viento, no más, cuando te quejas,
eres viento si ruges o murmuras,
viento si llegas, viento si te alejas.
1 comentario:
Bello,muy bello poema!
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