domingo, 6 de junio de 2010

Nahui Ollín - Adolfo Morales Moncada

I

En el principio fue el movimiento.
La vida se contenía a sí misma.
La unidad
Lo uno
Lo que nació uno
Lo que es siempre es uno
Se dispersaba
Viajaba
Se expandía.
Migraba.
En el promcipio fue el moviemiento
Lo uno,
Aquello que sin dejar de ser
Sería,
Luz
Tierra
Agua
Estrella
Sol
Palabra
Tiempo,
Viajaba esparciéndose
Recorriendo.
Lo Uno, que sin dejar de ser
Sería
Vida
Espíritu
Que giraba
Se transformaba
Se reproducía
Viajaba.
Desde el principio
La vida se llamó
Movimiento.

II

Lo que fue uno
Lo que siempre es uno
Tuvo muchos nombres
y su nombre fue inmensidad
y su nhombre fue silencio
y su nombre fue inasible
y su nombre fue cadencia
y su nombre fue sombra
y su nombre fue inalcanzable
y su nombre fue infinito.
Y lo infinito, lo inasible, lo inalcanzable
La cadencia, era movimiento.
Y el movimiento era uno.

III

Y lo que fue uno
Y lo que siempre será uno
Tuvo muchos rostros
Y su rostro fue Bisonte
                                 y manada
Y su rostro fue Trigo
                                 y pan
Y su rostro fue Ritmo
                                 y oleaje
Y su rostro fue Arena
                                 y tormenta
Y su rostro fue llama
                                 y fuego
Y su rostro fue Pez
                                y banco
Y su rostro fue Árbol
                                y madera
Y su rostro fue Río
                                y torrente
Y su rostro fue Noche
                                y nocturno
Y su rostro fue Agua
                                y humedad
Y su rostro fue Mujer
                                y descendencia
Y su rostro fue Hombre.
                                Y humanidad
Y el Hombre era movimiento
Y la Mujer y el Agua, y la Noche
Y la Arena, y el Fuego eran movimiento.
Y lo Uno viajó a lo infinito
Y la Mujer y el Hombre, y el viento y el ave
Y la madera y el fuego poblaron la tierra.

IV

El hombre aprendió los diez mil nombres
El hombre miró los diez mil rostros
Pero al paso del tiempo olvidó que los diez mil nombres son un solo nombre
y olvidó que los diez mil rostros son un solo rostro.

V

En su olvido el Hombre
perdió su nombre
y olvidó que su nombre
Es todo los nombres.
Olvidó que los rostros
Son un solo rostro.
El hombre con un solo rostro
Se sintió solo.
En su soledad el hombre tuvo miedo
de otros nombres y otros rostros...
Para sentirse seguro, protegido aisló su nombre y rostro
y...
Prohibió
Persigió
otros nombres
Desterró
Proscribió
otros rostros.

VI

El hombre piel blanca
Persiguió la piel roja
                                        Y la azul y la amarilla y café                                
Robó al piel roja
Encarceló al piel roja
Masacró al piel roja
                                        Y al magenta y al morado y al negro                              
El hombre piel blanca
Persiguió las ideas rojas
                                       Y las violetas y las púrpuras y las verdes                             
Los sueños rojos
Los niños rojos
                                       Y los naranja y los transparentes y los rosas                            
Las noches rojas
Los dioses rojos
Las palabras rojas.
                                       Y los azules y los amarillos y los cafés                          
El viento rojo
La tierra roja.

VII

El hombre piel blanca
Olvidó que los diez mil nombres son un solo nombre
Que los diez mil rostros son un solo rostro
Olvidó que el en el principio fue el movimiento.
Que la esencia es el viaje.
Que el destino es discurrir.
Que todos somos viaje.
El hombre piel blanca, temeroso se esconde
Se protege, el miedo lo acecha.
Levanta muros
Vigila la tierra
Acecha el cielo
para detener
lo inasible
lo intangible
lo que fue desde el principio
nadie puede detener.
El viento
Los sueños
Las noches
El viaje
Los diez mil nombres
Los diez mil rostros.

VIII

En el principio fue el movimiento
Nuestro sol se llamaba NAHUI OLLIN, Cuatro Movimiento
Desde el principio fue el movimiento
Se mueve
El aire
El cielo
El agua
Se mueve el Hombre
Nadie lo puede detener
Ni el poder, ni el miedo, ni las armas
Ni decretos, ni amenazas, ni ejércitos,
Nada detiene la esencia de la vida
Nadie oculta el rostro de la vida
Nadie silencia el nombre de la vida
En el principio
Ahora mismo
La vida,
El Hombre,
El cosmos
Lo grande
lo pequeño
Tienen un signo
Tienen una cifra
Su signo, su nombre, su rostro es OLLIN
Nuestro signo es: Movimiento.  


Texto escrito para la obra plástica del maestro: "EL LIBRO DE LOS MIGRANTES" del maestro Juan Zúñiga.                              

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