Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.
Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.
Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.
Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
El Verbo, la Palabra, es un don que se ha puesto al alcance del hombre, para ennoblecer su condición por encima de todas las formas animadas. Y el hombre viene obligado a utilizar ese don divino de la manera más depurada posible... Y esto se hace más imperioso cuando se trata de penetrar en los dominios de la palabra-arte.
domingo, 1 de febrero de 2009
Gabriel García Marquez
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario