sábado, 15 de mayo de 2010

Mis Enlutadas - Manuel Gutiérrez Nájera

Descienden, taciturnas las tristezas
al fondo de mi alma,
y entumecidas, haraposas brujas,
con uñas negras
mi vida escarban.

De sangre es el color de sus pupilas,
de nieve son sus lágrimas:
honfo pavor infunden...; yo las amo
por ser las solas
que me acompañan.

Aguárdolas ansioso si el trabajo
de ellas me separa,
y búscandolas en medio de bullicio;
y son constantes,
y nunca tardan.

En las fiestas, a ratos se me pierden
o se ponen la máscara,
pero luego las hallo, y así dicen:
"¡Ven con nosotras!
¡Vamos a casa!"
Suelen dejarme cuando, sonriendo,
mis pobres esperanzas,
como enfermitas ya convalecientes,
salen alegres
a la ventana.

Corridas huyen, pero vuelven luego,
y por la puerta ellas
entran trayendo como nuevos huésped
alguna trsite,
lívida hermana.

Abrese a recibirlas las infinitas
tinieblas de mi alma,
y van prendiendo en ella más recuerdos,
cual tristes cirios
de cera pálida.

Entre esas luces, rígidos, tendido,
mi espíritu descansa.
Y las tristezas, revolando en torno,
lentas salmodias
rezan y cantan.

Escudriñan del húmedo aposento
rincones y covachas,
el escondrijo do guardé cuitado
todas mis culpas,
todas mis faltas.

Y hurgando mudas, como hambrientas lobas,
y volviendo a mi lecho mortuorio
me las enseñan
y dicen: "Habla".

En lo profundo de mi ser bucean,
pescadores de lágrimas,
y vuelven mudas con las negras conchas
en donde brillan
gotas heladas.

A veces me revuelvo contra ellas
y las muerdo con rabia,
como la niña desvalida y mártir
muerde a la arpía
que la maltrata.

Pero en seguida, viéndome impotente,
mi cólera se aplaca;
¿Qué culpa tienen, pobres hijas mías,
si yo las hice
con sangre y alma?

Venid tristezas de pupilas turbias;
venid, mis enlutadas,
las que viajáis, por la infinita sombra
donde está todo
lo que se ama.

Vosotros no engañáis, venid, tristezas,
¡oh mis criaturas blancas,
abandonadas por la madre impía,
tan embustera,
por la esperanza!

Venid a hablarme de las cosas idas,
de las cosas que callan,
de muertos buenos y de ingratos vivos.
Voy con vosotras,
vamos a casa.

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