Floreció tanto mi mal
sin medida,
que hizo secar mi vida.
Floreció mi desventura
y secóse mi esperanza;
floreció mi gran tristura
con mucha desconfianza;
hizo mi bien tal mudanza
sin medida,
que hizo secar mi vida.
Hase mi vida secado
con sombra de pensamiento,
ha florecido el cuidado,
las pasiones y el tormento.
Fue tanto mi perdimiento
sin medida,
que hizo secar mi vida.
Secóse todo mi bien
con el mal que floreció,
no sé cuyo soy sin quién,
quel placer me despidió;
tanto mi pena creció
sin medida,
que hizo secar mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario